La TomatinaA mucha gente le llama la atención la fiesta de la Tomatina pero la mira con desconfianza. ¿De verdad consiste básicamente en juntarse en una calle cientos de personas e hincharse a tomatazos?… Pues lo cierto es que sí.


Todo comenzó en 1945 y, como las grandes obras, fue de forma accidental. En la localidad valenciana de Buñol, unos jóvenes provocaron en medio de un desfile de músicos un pequeño altercado y, habiendo tomates por medio, la gente decidió tirárselos. El resultado no sólo fue bien acogido por los vecinos sino que desde entonces y hasta la actualidad se ha convertido en toda una fiesta tradicional conocida internacionalmente, que se celebra el último miércoles del mes de agosto. Desde 2002 es considerada Fiesta de Interés Turístico Internacional por la Secretaría General de Turismo.

¿Pero qué hay que hacer para disfrutar de la Tomatina?

Lo primero, como es lógico, es ir a Buñol. El pueblo está cerca de Valencia, así que el tren es la mejor opción. El billete no sale nada caro y te lleva directamente desde el centro de Valencia hasta la estación del pueblo, muy cerca de donde está la acción.

Sobre todo debéis pensar en el regreso. Aunque tras la fiesta es tradicional un baño en el río del pueblo, la ropa acabará siendo inservible y el olor del tomate os acompañará unas cuantas horas. Por esa razón no es recomendable utilizar vehículo propio.

Si llevas zapatillas, que sean viejas y puedas anudártelas en la pierna. Si llevas chanclas, las perderás. La ropa que lleves considérala víctima de guerra, lo más probable es que la pierdas, se te rompa o, sencillamente, no consigas quitarle las marcas de tomate.

Es muy recomendable llevar gafas de bucear, el ácido del tomate irrita fácilmente los ojos. Pero no probéis con vuestras propias gafas, no regresarían con vida.

Y para los amantes de la fotografía, aseguraros de que lleváis una cámara resistente al agua o que os colocáis en un lugar seguro.

Tomatina Buñol
Fotos de www.latomatina.es

Consejos para disfrutar de la fiesta

No lleves objetos duros, la aglomeración de personas y el lanzamiento continuo de tomates genera un caos en el que la gente puede chocar contigo y hacerse o hacerte daño con botellas, palos o similares.

Por seguridad, es mejor no lanzar las camisetas. Puede resultar muy chulo en medio de la batalla, pero hace daño.

A la hora de lanzar el tomate, lo suyo es que lo aplastes y luego lo tires para que no provoques un gran impacto en el blanco, aunque claro eso depende de la mala leche que tengas.

No hace falta que te lleves los tomates de casa, por las calles de Buñol acondicionadas para la fiesta pasarán camiones que os lanzarán las primeras “balas”. Con los tomates de las calles podrás devolver el impacto a quien tú quieras. Al final se forma toda una piscina de caldo de tomate, pero sigue siendo igual o más divertido. El consejo más importante es que tengas cuidado con los camiones y no te acerques a ellos.

Por último recuerda que se trata de una fiesta, así que celébralo como tal, con buen humor, ganas de divertirte y a tomatazo limpio!

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